lunes, 28 de enero de 2013

THE COLLECTION - Marcus Dunstan - 2012



Como os prometí, ayer mismo, y debido a que se han superado las 1000 visitas en el blog (que algunos considerareis una mierda, pero que para mi es un hito), he decidido adelantar la reseña de esta esperada secuela (entre los que me incluyo).
The Collection o La Colección es la secuela de aquel film de 2009 diriguido y escrito por Marcus Dunstan (que recordemos fue guionista de unas cuantas Saw). Hija bastarda de esa franquicia la primera película cogía muchos elementos del sádico torturador, pero esta vez encarnado en un psicópata al que las hilos y la maquinaria eran su primor. Aunque paso sin pena ni gloria por los cines y debido a su bajo coste, se decidió hacer una segunda parte.

El argumento no cambia mucho, es más seguimos con el mismo rol de trampas y casquería. Cosa que muchos adorareis, peo se echa de menos algo más como sucedió en la primera parte.
El film arranca con una joven con problemas de audición que se va con una amiga a una discoteca, allí nuestro enmascarado tiene montado un buen jolgorio de tripas y sangre, digno de los más refinados bouquets. Elena (la chica sorda) consigue llegar a un baño y encontrarse una caja de las que deja nuestro amigo, la sorpresa es que dentro nos encontramos a Arkin, el chico del primer film. El consigue escapar, pero esta vez deja a la chica.

Socorrido por la policía, Arkin descansa en el hospital y es interrumpido por un señor que le pide ayuda para encontrar a Elena. Ha montado un pequeño escuadrón sin contar con la policía para dar caza al asesino y liberar a su protegida. El les conduce mediante un extraño mapa hasta el sitio a regañadientes y es obligado a entrar en el sitio, un viejo hotel. Entonces el horror, las trampas y la carnicería no habrán hecho mas que comenzar. Sin darse cuenta que es en su casa donde el asesino más a gusto se encuentra al lado de su amplia colección.

Tengo que decir un par de cosas sobre esta secuela.

Primero de todo, la iluminación: cargada de tonos azules, lilas, naranjas, amarillos y rosas. Un forma muy onírica de dar color a la película que recuerda claramente al cine de mi amado Dario Argento. Es más, si os fijáis un mínimo, el hotel donde esta la residencia de nuestro amigo se llama Hotel Argento. Clara referencia que en mi ha calado hondo. Esto es un voto muy a favor del director.

Segundo, el asesino: se ha decidido cambiar al actor cosa que no me ha gustado nada. En el primer film era interpretado por el dominicano Juan Fernandez, de complexión delgada pero que se le ve ágil. Ahora han metido a un tal Randall Archer que no es que este fondón, pero pega un cante considerable con la primera película. Lejos de que esto pueda importar a pocos mas que a mi, lo que todavía se me hace más raro es la fuerza sobrehumana que adquiere el personaje. Convirtiéndose ya en una especie de slasher inmortal. El tío coge y se da de palos con el escuadrón y les mete unas tundas de flipar. Maneja cuchillos, m16, pega unos saltos rollo ninja, para golpes imposibles... Entonces, para que tanta coña con las trampas. Luego, vive en un hotel plagado de trampas y cosas peligrosas que no quiero desvelar, y se acuerda de donde esta todo. Increíble, y encima le han cambiado la mascara. En la primera parte tenia una forma mas color crema sucia y blandita, ahora parece de cartón piedra y es totalmente dura y negra. Puntos negativos para esto.

Tercero, la falta de guión solido: ni se explica un origen, ni se explica el porque, ni se explica nada de nada. Cosa que me recuerda mucho, por ejemplo, a Chrome Skull y hace que los dos films sean de temática muy parecida (slasher, corta, mata, sangre, tripas, protagonista escapa y fin) que la verdad se agradece en muchas ocasiones. Pero parece que le falta algo de chispa.

Cuarto, la sangre: si en la primera apenas contamos con unas cinco muertas, aquí os vais a hartar. Y ya os digo que no han escatimado en cubos de sangre, para nada. Seguro que el recuerdo de un matadero os vendrá muchas veces a la cabeza. Y la iluminación que os comente antes engrandece el ritual violento hemoglobínico. Un gran positivo.

 Y quinto, el final: aunque no os lo desvelare, la sombra de una tercera parte (ya anunciada por cierto) se hace realidad, con un cambio de roles que no esperareis. Espero que no siga por esos derroteros porque no se si acabara transformando esto en una broma como lo fue Saw a partir de la segunda parte.

Así que Marcus Dunstan, esperamos esta nueva entrega, no nos decepciones. Y no te tires otros tres años haciéndote de rogar que seguro que has sacado dinero en taquilla con esta secuela. 


Por lo demás una película que me ha resultado muy entretenida y que recomiendo a los fans de la primera parte y amantes de la casquería varia. Eso si, seguro que a alguno el rollo Argento le estropea el clímax oscuro al que nos acostumbramos en el primer largometraje.


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