Hacía tiempo que una de estas “comedias
terroríficas” no me hacía tanta gracia, concretamente desde “Shaun
Of The Dead” de 2004. Anda que no ha llovido.
Tucker y Dale son dos paletos que se
encuentran con un grupo de universitarios en una estación de
servicio. Dale se acerca a las chicas, guadaña en mano, para
intentar hablar con ellas, las primeras impresiones no fueron buenas
(ni las segundas, recordando a un slasher montañés) hacen que los
estudiantes huyan despavoridamente. Tras el desastre Tucker y Dale se
dirigen a su nueva casa de vacaciones cercana al lago esperando pasar
unos días tranquilos de pesca. Pero nada más lejos de la realidad,
los universitarios están allí y se sienten fascinados por la
historia de que en aquel lugar 20 años atrás se habían cometido
unos crímenes atroces. Todo se complica cuando las dos partes se
vuelven a enfrentar y una de las jóvenes apunto de ahogarse es
rescatada por Dale.
Los jóvenes van muriendo de forma
estúpida al intentar rescatarla, pero lógicamente, estos le echan
la culpa a los pobres paletos , y estos piensan que se trata de algún
tipo de rito satánico de suicidio en masa. A partir de aquí es un
no parar de sangre, risas y muertes muy tontas.
Un film muy bien montado, con muy buena
fotografía y unos efectos caseros y resultones a más no poder. Las
interpretaciones están muy bien destacando sobre todo a Tyler Labine
en el papel de Dale y a Alan Tudyk como Tucker.
Sangre, gore y risas en un film
premiado a la mejor película en el Oficial Fantastic Panorama del
Festival internacional De Sitges.
Muy recomendable.
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