Salmo 21 fue una película que en
principio no me daba muy buena sensación como para ser vista. Estaba
en un momento que no me apetecía ver ese cine norteño (en este caso
sueco) a veces tan lento y poético. El cartel no mejoraba mucho la
situación y el trailer no ayudaba. Pero de repente leí alguna
critica que me hizo ver que podía haber algo detrás de esta
historia. Y así sucedió, porque aunque no halla sido la sorpresa
del año si que es una película que ha dejado algo marcado en mi y
que recomiendo.
Henrik es un joven sacerdote que vive
en Estocolmo, ciego en su fe, separado y con un hijo pequeño. Se
encuentra atormentado por haber presenciado la muerte de su madre y
esta le persigue en sucesivas pesadillas. Un día una de sus
feligresas le comenta que puede ver a los muertos, que ve a su madre
a su lado y que no es feliz por el camino de vida que ha escogido.
El no la cree pero si que nota una presencia extraña en el
habitáculo. Cuando llega a casa, recibe una llamada. Su padre, un
sacerdote que vive en una zona remota, ha sido encontrado muerto,
ahogado. Henrik decide ir hasta allí y ver si puede entender lo que
ha pasado. El coche lo deja tirado en una zona siniestra cercana a
una casa, donde la familia no recibe con felicidad la visita del hijo
de su pastor. Poco a poco ira descubriendo que esa familia esconde un
terrible secreto. Y el mal se va apoderando del film mientras a
Henrik se le reabren las heridas de la infancia y le hacen dudar de
su propia fe.
Una gran dirección por parte de Fredik Hiller del que esperamos más peliculas si siguen la linea marcada por este gran trabajo que es Salmo 21.
Muy recomendable, sobretodo si no te
tragas a la iglesia católica.
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