Sorprendente film de Jess Franco
alejado de lo que nos tenia acostumbrados con su psicodelia y su
pseudoporno setentero, en un film serio y en muchos casos frío y sin
alma. Se nota que al ser una producción inglesa-italiana-española
cortaron y/o contuvieron al bueno de Jess. Una adaptación casi
fidedigna al libro de Bram Stoker y con un Cristopher Lee clásico ya
en el personaje adaptadose a la más cercana concepción del
escritor irlandés. Eso si, con pequeñas licencias, pero siguiéndolo
más de cerca que las adaptaciones que hizo la Hammer.
Jonathan Harker se dirige a
Transilvania a entrevistarse con un aristócrata de la zona, el conde
Drácula, para venderle una propiedad en Londres. En el camino y
peses a los presagios, se encuentra con el y este lo mantiene cautivo
hasta que logra escapar. Jonathan es enviado a Inglaterra para
recuperarse en la clínica del Profesor Van Helsing, allí dudando
entre la locura y la enfermendad, se ira desvelando la trama del
vampirismo y la presencia del conde muy cercano al hospital. Así
como las novias de los protagonistas son atrapados por el influjo de
las artes oscuras.
La película esta bien rodada, con
unos ambientes logrados ya sea en bosques como en interiores de
castillos, pero todo tiene un pero. La frialdad del film hace que no
halla casi ni terror, ni sangre, ni sexo, ni tetas,... Algo de lo que
no nos tenia acostumbrado su director, y esto hace que el film, como
dije antes, este carente de alma, y en muchas partes sea aburrido.
Los actores se dejan llevar por ese aura fría y no destacan en gran
medida, solo Renfield interpretado por Klaus Kinsky haciendo un papel
de loco muy en la onda Franco y no tan sobrecargado como en la
película de Coppola, que nos deja un gran sabor de boca. En contadas
ocasiones un Christopher Lee, que realmente no hace su mejor papel,
tiene algún destello de la genialidad de sus papeles en la
productora británica con el mismo personaje.
Otra cosa que en mi opinión hace
decaer la película es el principio del mismo, cuando Jonathan Harker
va a ver al Conde Drácula a su castillo en los bosques de
Transilvania para venderle una mansión en Londres. Su poca duración
y desenlace nos hace llegar a un tramo aburrido que podría haber
sido aprovechado para extenderlo mas y darle más ambientación al
film y que decir de esos pastores alemanes haciendo de lobos... Un
principio poco trabajado.
De todas formas es una buena manera de
ver como es un Jess Franco contenido e intentando hacer un film serio, comercial y que en la época tubo una muy buena acogida. Y repito, un
buen largometraje y un clásico dentro del género.
Recomendada para todos aquellos, como
es mi caso, fans del mito de vampirismo en el cine y del cine clásico de horror de los 70´s.
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