Nunca he ocultado mi fascinación por
el slasher, un genero que amo desde siempre, que me ha cautivado y
horrorizado al mismo tiempo. He disfrutado de todas las franquicias y
me he comido truños que nadie desearía simplemente por ver
esa cara del psychokiller, lo nuevo que tienen que ofrecer. El
problema es que constantemente la formula se maltrata con unas formas
bajisimas. Como resultado mucha gente solo aspira a ver grandes
muertes (a poder ser con mucho gore y tetas) y por supuesto TETAS. Lo
que para mi es un gran escupitajo en el legado forjado gracias a la
primigenia “Bahía De Sangre” (primera cinta en mi opinión
100% slasher) del maestro Bava o toda esa influencia que se cogió
del giallo italiano que tanto amo. Véase: criminal enmascarado,
gente asesinada dentro de un mismo grupo o de relacionados y un
desconcierto en saber quien es que genera esa masacre (siempre con un
cierto halo de venganza). Y retomado, en el legado de Carpenter que
fue el que aunó uno de los grandes preceptos del estilo: los jóvenes
y su capacidad para no ser controlados por los adultos en ciertas
situaciones.

Y por cierto, hay que esmerarse más
para no saber quien es el asesino. No puede ser que nada más que
salga en pantalla ya sepas quien es/quienes son.
¿Algo bueno? Alguna muerte.
En un pueblecito un grupo de
estudiantes vive las celebraciones de Halloween en una fiesta privada
en una casa familiar cerca del control paterno. Pero los
acontecimientos sufridos un año antes harán que los viejos demonios
reaparezcan y la mascota del equipo de fútbol del instituto se ponga
a matar.
Creo que antes de entregar un producto
así se debería revisar a conciencia. Entregar algo que te guste a
ti mismo, porque sinceramente, no creo que su director diga que
merezca algo más por esto.
Un basurón.